Qué no debes hacer nunca al cocinar con huevo: SAIA lo cuenta en ‘La Vanguardia’
Cuando se trate de huevos adquiridos en granjas (en los que no suele indicarse la fecha de caducidad), podemos servirnos de trucos caseros para comprobar su salubridad. Sumergir el huevo en agua y comprobar si flota es un buen modo de verificar el estado del producto, nos cuenta Lluís Riera, director de la consultora de seguridad alimentaria SAIA .Según pasa el tiempo la cutícula (la capa protectora del huevo) se va envejeciendo y deteriorando, lo que permite que cada vez entre más aire y, como consecuencia, aumenten las posibilidades de que el huevo se acabe estropeando”, señala el experto. Si sumergimos el huevo en agua y flota, significa que la cutícula se ha debilitado y que ha entrado aire suficiente para que se mantenga en la superficie. Sin embargo, si se trata de un huevo fresco , quedará sumergido en el fondo del recipiente.
Tampoco es recomendable lavar los huevos con agua y mucho menos si no vamos a cocinarlos en ese momento. El caso de que la suciedad sea considerable, se le puede aplicar un poco de agua, pero justo antes del cocinado.
En el momento que empecemos a cocinar y queremos separar la clara de la yema. ¿Es buena idea hacerlo con la cáscara? Es la peor idea del mundo, nos cuenta Lluís Riera. Si no disponemos de un separador de yemas, es más seguro separarlas con las manos. También existen otros trucos para hacerlo, como usar una botella de plástico vacía para succionar la yema una vez que el huevo se ha vertido en el recipiente.
Es necesario lavarnos las manos constantemente y limpiar al momento las superficies que hayan estado en contacto con estos. También es recomendable no reutilizar el agua que hayamos usado para hervir huevos, por si en la cáscara aún yacían restos de suciedad.
Es decir, si queremos tomar recetas con la yema poco hecha siempre existirá el riesgo de sufrir una intoxicación alimentaria. Una vez hemos cascado el huevo es muy importante cocinarlo al instante y consumirlo lo antes posible. Esto se aplica tanto a huevos fritos , como a tortillas de patatas o revueltos poco hechos, nos cuenta Lluís Riera.
Si queremos disponer de una tortilla refrigerada siempre podemos optar por su versión prepreparada, disponible en muchos supermercados. La mayoría de estos productos usan huevo pasteurizado, que tiene una vida útil más larga y es muy recomendable cuando aumentan las temperaturas.
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